Influencia del clima en linea de vida
Las líneas de vida son sistemas fundamentales para la seguridad en altura, pero ¿qué pasa cuando las condiciones climáticas no son ideales? Lluvia, viento, nieve, hielo o incluso el sol extremo pueden comprometer el rendimiento de una línea de vida si no se tienen en cuenta desde el diseño hasta el mantenimiento.
1. Corrosión por humedad, lluvia y ambientes salinos
La exposición continua a la humedad, lluvia o niebla salina (en zonas costeras) acelera la corrosión de componentes metálicos como cables, anclajes o conectores. Esto puede debilitar el sistema de forma invisible hasta que falla.
Solución práctica:
- Utiliza materiales resistentes como el acero inoxidable AISI 316 en entornos húmedos o salinos.
- Programa inspecciones visuales frecuentes y revisiones anuales por un técnico certificado.
- Instala protectores o coberturas si el entorno es especialmente agresivo.
2. Viento. el enemigo silencioso en altura
El viento fuerte puede hacer que el trabajador pierda estabilidad, pero también puede causar efectos de oscilación o péndulo sobre la línea de vida. En líneas horizontales, el viento constante puede incluso provocar desgaste por fricción en los carros móviles.
Recomendaciones:
- Evalúa la velocidad máxima del viento en el diseño del sistema.
- Limita el uso en condiciones extremas (por encima de 50 km/h).
- Capacita al personal en protocolos de trabajo con viento fuerte.
3. Hielo y nieve. bloqueo y rigidez del sistema
En climas fríos, la acumulación de hielo o nieve puede bloquear el funcionamiento de los carros o endurecer los cables, haciendo imposible el desplazamiento seguro. También dificulta la conexión de los EPI y reduce la tracción al caminar.
Prevención:
- Elige líneas de vida certificadas para uso en condiciones invernales.
- Realiza una revisión diaria de accesibilidad antes de cada jornada.
- Usa soluciones calefactadas en estructuras críticas, si es viable.
4. Calor extremo y radiación UV
Las altas temperaturas y la exposición prolongada al sol afectan especialmente a los componentes plásticos de los sistemas anticaídas, como absorbedores, cintas textiles o arneses. La radiación UV degrada el material, reduciendo su resistencia sin que se note a simple vista.
Qué hacer:
- Almacena los EPI a la sombra o en cajas protegidas.
- Reemplaza los componentes textiles con mayor frecuencia si están expuestos a sol directo.
- Usa sistemas certificados para resistencia UV si se instalarán en exteriores permanentes.